Marta Lucía Ramírez se encuentra en medio de un escándalo de corrupción que está siendo investigado en Italia.
Según las investigaciones, se descubrió un caso de sobornos en el que se planeaba distribuir 80 millones de dólares por la compra de equipos militares navales entre una empresa italiana y altos funcionarios del gobierno de Duque.
El presidente Petro instó a la Fiscalía de Barbosa a llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre este presunto acto de corrupción. Sin embargo, como todos sabemos el Fiscal Barbosa no tomará medidas al respecto.
La fiscalía de Nápoles en Italia está actualmente llevando a cabo una investigación relacionada con un presunto caso de corrupción que implica a Massimo D’Alema, Alessandro Profumo y Giuseppe Giordo.
Estas personas están bajo investigación por la venta de barcos y aviones militares a Colombia.
La investigación también ha alcanzado a Francesco Amato y Emanuele Caruso, quienes trabajaban como consultores de cooperación internacional en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, así como a varios intermediarios involucrados en la operación comercial.
De acuerdo con las acusaciones, los investigados desempeñaron distintos roles como promotores de esta iniciativa comercial, cuyo propósito era vender productos italianos al gobierno colombiano, incluyendo los aviones M 346 de Leonardo y las corbetas y submarinos de Fincantieri.
El valor total de los acuerdos buscados con las autoridades colombianas superaba los 4.000 millones de euros.
En la investigación también se han visto implicados Edgardo Fierro Flores, jefe de la comisión colombiana de presentación de oportunidades, Marta Lucía Ramírez, canciller y vicepresidenta de Colombia, Germán Monroy Ramírez y Francisco Joya Prieto, delegados de la comisión del Senado de Colombia.
Según la información disponible, se pretendía que la suma total de 80 millones de euros se dividiera entre el “lado colombiano” y el “lado italiano”, utilizando el bufete de abogados estadounidense Robert Allen Law, presentado por D’Alema como agente oficial e intermediario comercial de Fincantieri y Leonardo en Italia.
La negociación estuvo representada por Umberto Bonavita y Gherardo Gardo, quienes tenían como objetivo preparar y firmar contratos simulados para justificar formalmente la transacción financiera.
Se planeaba utilizar vehículos bancarios y financieros corporativos específicamente diseñados para la transferencia, distribución y destino final de la mencionada suma.
No obstante, las negociaciones finalmente se interrumpieron debido a la falta de acuerdo sobre cómo se distribuiría la suma entre los representantes del “lado italiano” y la parte colombiana.
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