Russy Millán, como se hace llamar en Twitter, se vio involucrado en un incidente altamente preocupante cuando decidió dirigirse a la cuenta de Twitter del Director de la SAE, Daniel Rojas, y proferir amenazas inquietantes, como “Ojalá vuelvan los paracos, hay quienes se los merecen muy de cerca. Usted me entiende“.
Estas palabras, cargadas de un tono amenazante al mencionar a los “paracos”, no pasaron desapercibidas, y el presidente Petro tomó conocimiento de la situación.
Ante esta situación, el presidente Petro actuó con responsabilidad y llamó a la Fiscalía para que llevara a cabo una investigación exhaustiva sobre este grave incidente.
Lo alarmante es que no se trató de un único episodio, sino que Russy Millán repitió sus amenazas en dos ocasiones diferentes.
Sin embargo, cuando el presidente Petro hizo el llamado a la Fiscalía, Russy Millán reaccionó de manera sorprendente.
En lugar de asumir la responsabilidad por sus acciones, optó por un enfoque victimista y se apresuró a presentar una demanda contra el presidente Petro, acusándolo de señalamientos y de poner en peligro su vida.
Este comportamiento, en lugar de esclarecer la situación, solo exacerbó el problema y puso de manifiesto la falta de coherencia en las acciones de Russy Millán.
A pesar de sus intentos de desviar la atención y de su teatralidad, Russy Millán no pudo eludir la gravedad de sus acciones.
La Fiscalía ha decidido citarlo para interrogarlo acerca de las amenazas que profirió en contra del Director de la SAE, y es crucial que la Fiscalía de Barbosa trate este asunto con la seriedad que merece.
Este caso debe servir como ejemplo de que hacer este tipo de amenazas está completamente fuera de lugar y debe ser condenado enérgicamente en una sociedad que busca la paz y la seguridad de sus ciudadanos.
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