En Colombia, la conexión entre políticos de derecha y grupos paramilitares ha generado preocupación y controversia, especialmente cuando se trata de figuras como Carlos y Vicente Castaño, reconocidos paramilitares considerados entre los más peligrosos.
Sin embargo, sorprendentemente, la realidad judicial parece no reflejar la gravedad de tales alianzas.
Un ejemplo elocuente de este fenómeno es el caso de Luis Alfredo Ramos, exgobernador de Antioquia.
En el año 2021, Ramos fue condenado a siete años y nueve meses de prisión por su asociación con grupos paramilitares durante los años 2000 y 2001.
La investigación reveló sus vínculos con los líderes de los bloques Metro y Centauros, quienes financiaron sus campañas políticas, así como con los hermanos Vicente y Carlos Castaño, quienes lo consideraban “amigo”.
A pesar de la contundencia de las pruebas, el sistema judicial colombiano ha mostrado una notable flexibilidad.
Recientemente, la Corte Suprema de Justicia ordenó la liberación de Luis Alfredo Ramos, argumentando que había cumplido las 3/5 partes de su condena y demostrado buen comportamiento.
A principios de este año, el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Antioquia le negó la libertad condicional en primera instancia, pero la Corte Suprema revirtió la decisión y lo liberó.
La contradicción entre las instancias judiciales genera inquietud sobre la consistencia y la imparcialidad del sistema.
La alianza de Luis Alfredo Ramos con comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) no sólo comprometió su integridad ética, sino que también contribuyó a la promoción y perpetuación de actividades criminales.
El político puso la función pública al servicio de estos grupos ilegales, contribuyendo al aumento de la violencia en el departamento y en todo el país, resultando en genocidio, desplazamientos y asesinatos.
En 2013, el expresidente Álvaro Uribe afirmó que Luis Alfredo Ramos tenía una carrera de honradez.
No obstante, esta afirmación no sorprende, dado que Uribe ha estado históricamente rodeado de figuras vinculadas al narcotráfico y paramilitarismo.
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Oigan. Pero cuál es la extrañeza de parte de la corte suprema de justicia… La “justicia” hace mucho tiempo que en Colombia no existe… Con un 94% de IMPUNIDAD ésa institución al igual que la fiscalía general de la nación son malos ejemplos de lo que no puede seguir imponiendose en nuestro país… Al parecer los hombres probos están siendo cooptados por las mafias criminales…