Ahora que el gobierno de Duque ha llegado a su fin, observamos como se están repitiendo patrones similares al antiguo gobierno de Uribe, donde 11 de sus funcionarios enfrentaron problemas legales y algunos terminaron en prisión.
Al parecer, Duque sigue los pasos de su patrón Uribe.
Recientemente, la Fiscalía solicitó prisión para Pierre García, exdirector del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), acusado de participar en una red de corrupción estatal que implica a varios congresistas.
La petición se presentó durante una audiencia de medida de aseguramiento llevada a cabo el miércoles pasado en los juzgados de Bogotá.
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García enfrenta cargos por presunta comisión del delito de interés indebido en la celebración de contratos.
Según la documentación en poder de la Fiscalía, se le imputa haber recibido sobornos en al menos 28 ocasiones con el propósito de favorecer a diversos políticos con contratos millonarios.
El escándalo, conocido mediáticamente como “el caso de las Marionetas”, ya ha llevado a la detención de excongresistas como Mario Castaño Pérez (quien falleció en la cárcel La Picota) y Ciro Ramírez.
Además, se están investigando a Miguel Ángel Barreto, Carlos Fernando Motoa, Samy Merheg, Carlos Abraham Jiménez y Juan Felipe Lemos Uribe, así como a otros funcionarios de menor rango y contratistas.
Es evidente que los funcionarios del gobierno de Duque están cayendo en casos de corrupción, lo cual es especialmente preocupante dado que se presentaban como defensores de la lucha contra este flagelo.
Estos hechos demuestran que, lamentablemente, la corrupción persiste en las altas esferas del poder, a pesar de los discursos y promesas de transparencia.
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