En 15 días, los congresistas entrarán en vacaciones.
Precisamente, el 20 de junio comienzan sus vacaciones y volverán a “trabajar” el 20 de julio.
Tendrán un mes entero de descanso para visitar otros países, asistir a conciertos, ir a clubes privados, todo esto financiado por los colombianos, prácticamente es una vida de lujos a costa de nuestros impuestos.
Estas nuevas vacaciones legislativas plantean un problema serio para la tan necesaria Reforma Pensional, con un margen de tiempo tan reducido antes de que el Congreso cierre por receso, la reforma enfrenta el riesgo inminente de ser archivada debido a la falta de trámite.
La única esperanza para que la Reforma Pensional no se hunda en el olvido es que el gobierno del presidente Petro tome cartas en el asunto.
Urge que solicite al Congreso sesiones extraordinarias para avanzar, al menos, en los aspectos más críticos de la reforma y así evitar su hundimiento por falta de trámite.