La periodista Ana Bejarano, quien previamente había ejercido como abogada de Vicky Dávila, volvió a la carga en una columna publicada en la revista Cambio, donde arremete de manera contundente contra los seguidores del presidente Petro.
En su escrito, Bejarano no escatima en ataques e insultos hacia los petristas.
Además, en su columna, da la impresión de que el presidente Petro ejerce un dominio absoluto sobre todos los medios de comunicación, llegando incluso a atacar a RTVC, un medio que se limita a cumplir su deber informativo.
Los términos utilizados, como “huestes”, para referirse a los seguidores de Petro, demuestran una intensificación de la retórica polarizante en el debate político.
Sin embargo, es importante destacar que los seguidores de Petro han aprendido a sobrellevar las críticas y descalificaciones a lo largo del tiempo.
Han sido etiquetados con términos despectivos como “mamertos”, “drogos” e “idiotas”, y estas etiquetas no han logrado debilitar su convicción ni su apoyo al líder político. De hecho, han fortalecido su unidad y compromiso.
Este tipo de críticas no son exclusivas de Ana Bejarano, ya que periodistas afines a grupos económicos suelen difundir diariamente información falsa con el objetivo de desacreditar al presidente Petro.
Adicionalmente, en el escenario político actual, se observa una serie de manifestaciones de diversos actores.
Militares retirados organizan marchas de antorchas, partidos políticos tradicionales luchan por mantener sus privilegios y obstaculizan la implementación de políticas gubernamentales, mientras exministros envían cartas que evitan abordar los problemas centrales que afectan al país, como los profundos desequilibrios fiscales, cuya causa puede ser tanto la corrupción como las políticas gubernamentales previas.
Es importante mencionar un episodio reciente en el que la revista Cambio difundió información falsa al afirmar que el padre del presidente Petro había solicitado una embajada para su novia.
Este incidente resalta la importancia de verificar la veracidad de las noticias antes de divulgarlas.
En este contexto, los periodistas pueden ejercer su derecho a la crítica, pero también deben estar dispuestos a aceptar críticas y demandas de respeto por parte de quienes defienden otras posiciones políticas, evitando la hipocresía en el ejercicio de su labor informativa.
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