Es sorprendente que Iván Duque ahora quiera abordar el tema de la pobreza y, además, critique a los líderes progresistas acusándolos de crearla, sugiriendo incluso que deberían denominarse “pobresistas”.
La ironía es palpable, dado que durante su mandato como presidente de Colombia, los indicadores de pobreza monetaria aumentaron de manera significativa en comparación con años anteriores, y no logró revertir esta tendencia al finalizar su gobierno.
Según datos proporcionados por el DANE, la entidad encargada de recopilar y difundir estadísticas oficiales en Colombia, durante los últimos cuatro años de su administración, la pobreza monetaria experimentó un preocupante incremento. En 2018, se situó en un 34,7%, en 2019 aumentó al 35,7%, en 2020 se disparó al 42,5%, y, aunque hubo una leve disminución en 2021, todavía llegó al 39,3%.
Además, la pobreza monetaria extrema, que afecta a los sectores más vulnerables de la población, también creció bajo su liderazgo. Pasó del 8,2% en 2018 al 9,6% en 2019, y durante la pandemia, alcanzó un alarmante 15,1%, aunque se produjo una reducción en 2021, todavía se mantuvo en un preocupante 12,2%.
Es innegable que resulta desconcertante que alguien que presidió un gobierno con tan altos niveles de pobreza ahora se erija como un crítico de quienes luchan por abordar este problema.
“Un burro hablando de orejas”.
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