Vicky Dávila ahora defiende abusadores sancionados por la procuraduría y solamente los defiende para poder atacar al exsenador Gustavo Bolívar.
Previamente, hemos abordado aquí en La Verdad, como Gustavo Bolívar llamo cerdos a cuatro agentes del ESMAD por su involucramiento en la detención ilegal de Alison Salazar, una menor de edad.
En un post en Facebook, Alison expresó que los cuatro agentes del ESMAD la habían privado ilegalmente y en sus propias palabras, estos cuatro agentes la habían “manoseado hasta el alma” y su angustia culminó en un trágico acto de suicidio.
La Revista Semana, por su parte, ha tomado la iniciativa de entrevistar a los cuatro agentes implicados en este suceso.
Aseguran que, debido a las acusaciones de Gustavo Bolívar, su vida se ha convertido en un auténtico infierno.
Afirman que la situación es injusta y que, como consecuencia, han decidido emprender acciones legales en su contra.
Resulta evidente que medios como este pueden tender a presentar a la víctima como un agresor y, al mismo tiempo, al acusado como una víctima en su propia narrativa.
El accionar de Vicky Dávila se basa en la explotación del odio y la controversia para ganar visibilidad y, posiblemente, obtener beneficios económicos.
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