Recientemente, el exfiscal Eduardo Montealegre presentó una denuncia por prevaricato contra la Magistrada Diana Marina Vélez Vásquez, con relación al caso de Diego Cadena, abogado de Uribe.
Según Montealegre, su denuncia se fundamenta en dos aspectos principales.
En primer lugar, se alega un desvío de poder por parte de la Magistrada, quien habría llevado a cabo maniobras con el objetivo de buscar la prescripción de la sanción y del caso contra Diego Cadena.
Esto queda demostrado al considerar que la magistrada había recibido el expediente casi un año atrás y se le había advertido sobre la necesidad de priorizarlo debido a la posible prescripción.
Además del desvío de poder, Montealegre también denunciará a Diana Vélez por la ponencia de absolución presentada.
En este sentido, se alega que, además de las maniobras para lograr la prescripción del caso, el análisis de las pruebas realizado en dicha ponencia es contrario a la ley y a la evidencia presentada.
Sin embargo, sorprendentemente, la Comisión de Disciplina Judicial ha desestimado esta denuncia y exige respeto hacia la Magistrada Diana Marina Vélez Vásquez frente a los señalamientos de prevaricato en su contra.
Resulta preocupante que, aparentemente, por el simple hecho de ser magistrada, se le otorguen privilegios que impiden su denuncia.
Esta lógica contradice el principio fundamental de que cualquier indicio de delito debe ser denunciado sin importar el cargo que ostente la persona involucrada.
Es necesario reflexionar sobre esta situación y garantizar que el sistema judicial colombiano promueva la transparencia, la rendición de cuentas y la igualdad ante la ley.
La corrupción debe ser combatida en todas sus formas, sin importar la posición o el poder de quienes estén involucrados, para así salvaguardar los principios democráticos y fortalecer el Estado de derecho en Colombia.
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Y a esas personas del de la comisión de disciplina judicial quien las hace entrar en razón…? Parece que fueran una rueda suelta del corrupto sistema, en esos términos no hay garantías de verdadera justicia en Colombia, desvío de investigación, amaño en la agilización de los procesos, toda clase de artimañas de la más baja conducta profesional…
Estoy muy de acuerdo. El simple hecho de ser, sus decisiones dentro de un cuerpo colegiado, no es patente de corzo para encubrir solapadamente visos de presunta corrupción al interior del ente disciplinario… Ojo con ésto.