Ingrid Betancourt es una persona con una actitud completamente perjudicial, alguien que lleva consigo un sentimiento de odio constante y que parece generar conflictos con todos aquellos que se cruzan en su camino.
Incluso ha apoyado a corruptos como Rodolfo Hernández.
Últimamente, ha centrado su atención en difamar al gobierno del presidente Petro a lo largo de todo el año, llegando incluso al extremo de acusarlo de tener adicciones.
Esta acusación carece de pruebas y refleja una actitud despreciable y mezquina.
Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, el presidente Petro también ha manifestado su opinión sobre Ingrid.
Él expresó que Ingrid es una de las personas que preferiría no haber conocido en su vida.
A pesar de sus principios morales y los esfuerzos que realizó para apoyar su liberación, la hospitalidad que brindó e incluso su hogar, solo ha recibido calumnias por parte de ella.
EL INFIERNO QUE VIVIÓ CLARA ROJAS POR CULPA DE INGRID BETANCOURT
La historia de Clara Rojas y su relación con Ingrid Betancourt durante su secuestro por las FARC es verdaderamente impactante.
El 23 de febrero de 2002, ambas fueron secuestradas por las Farc.
La relación entre Clara Rojas e Ingrid Betancourt comenzó a deteriorarse poco después de ser secuestradas, y lo que Clara Rojas experimentó a lo largo de seis años fue realmente traumático.
Las tensiones surgieron a menudo debido a los libros que las FARC proporcionaban a las secuestradas.
Estos libros se convirtieron en un motivo constante de disputa entre ellas.
La hostilidad de Ingrid hacia Clara Rojas era tan intensa que ni siquiera permitía que usara un diccionario que había solicitado para pasar el tiempo.
Incluso, Ingrid había establecido clases de francés para los secuestrados, pero su animosidad hacia Clara Rojas la llevó a expulsarla de estas clases.
Clara Rojas se encontraba en una situación extrema, sin amigos ni medios de comunicación, se aislaba por completo del grupo e incluso llegaba a ignorar los llamados de los guerrilleros.
No obstante, la situación dio un giro aún más dramático.
A pesar de que Clara Rojas no estaba comiendo, comenzó a notar que su cuerpo experimentaba cambios importantes y estaba ganando peso de manera significativa.
Descubrió que estaba embarazada en diciembre de 2003. Según su testimonio, Ingrid Betancourt constantemente se quejaba de esta situación, lo que llevó a que separaran a Clara Rojas de su bebé recién nacido, al que llamó Emmanuel.
El niño fue entregado a una familia campesina en Guaviare. La liberación de Clara Rojas se logró cuando las autoridades colombianas lograron localizar a Emmanuel, lo que persuadió a la guerrilla a liberarla, gracias a la intermediación del gobierno de Hugo Chávez.
Ingrid Betancourt finalmente recuperó su libertad el 10 de enero de 2008, siete meses después de que Clara Rojas fuera liberada.
A partir de ese momento, Ingrid Betancourt y Clara Rojas nunca volvieron a entablar una conversación.
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